LOS TÍTERES DE ETA

Desde CNT-Vigo pedimos que se anulen todos los cargos contra Raúl Garcia Perez y Alfonso Lázaro de la Fuente, recluídos estos días en Soto del Real tras su secuestro el pasado 5 de febrero en la plaza del Canal de Isabel II en el madrileño barrio de Tetuán, mientras representaban la obra de títeres La bruja y Don Cristóbal.

Queremos asimismo mostrar nuestro apoyo a sus familiares, compañeros y personas allegadas, y denunciar públicamente la persecución y represión que el estado ejerce de forma reiterada contra quienes cuestionan, critican y evidencian los crímenes del actual sistema político, económico y social.

Estas detenciones ponen de manifiesto el acoso al que se quiere someter al movimiento libertario, que viene siendo usado de manera partidista por quienes buscan sacar provecho de cara a posibles pactos de gobierno agitando el fantasma de ETA como medio de manipular a la opinión pública, utilizando la muerte y la sangre de las personas asesinadas por la vanguardia revolucionaria sin el menor atisbo de ética ni respeto.

Estos días estan saliendo a la luz evidencias relativas al tacto y responsabilidad con el que la compañía y algunos integrantes de la compañía Títeres desde Abajo, ofrecía sus espectáculos culturales. Cualquiera puede ver la página web de esta compañía y comprobar que ofertan sus espectáculos atendiendo a la edad del posible público asitente a los mismos.

La obra La bruja y Don Cristóbal fue representada, con anterioridad a su pase en Tetúan, en La Biblioteca Libre Albedrío y el Centro Social La Redonda, en Granada, sin que se produjese altercado alguno, pues se informó sobre del contenido de la obra y se apeló a la responsabilidad parental a la hora de permitir que los pocos menores asistentes viesen la obra, pues el público mayoritario era adulto.

Recordemos que la obra se desarrollaba en el marco de las actuaciones que su compañía, Titeres desde Abajo, tenía contratadas con el ayuntamiento de Madrid con motivo de las actuaciones públicas programadas para el Carnaval.

Así pues nos preguntamos a quién competía informar del contenido de este espectáculo ofrecido a menores a las 17 horas en una plaza de Tetuán. Evidentemente al ayuntamiento, y es por eso que se empezó a desarrollar el conocido circo de la evasión de responsabilidades y la criminalización de quienes tan sólo son responsables de evidenciar de manera satírica la represión de la crítica social, hecho que paradójicamente ha supuesto la prisión preventiva de Raul y de Alfonso dictada por el juez de guardia de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que amparándose en un tipo del artículo 501 del reformado Código Penal (incitación al odio) no ha dudado en privar de libertad a unas personas conscientes del caos en el que vivimos, ni tampoco ha dudado en exponerlas a penas privativas de libertad que van de 1 a 4 años de reclusión.

Los inconscientes son los adultos que el pasado 5 de febrero llamaron a la policía quejándose de la obra, pues expusieron a todos los menores que allí se encontraban a un acto de violencia policial injustificada, y obraron de manera egoísta al someter a los menores a su contaminada y enferma percepción del espectáculo de títeres. Hemos visto cómo se han televisado testimonios falsos sobre el contenido de la obra, (bombas, monjas violadas, coches voladores tal vez en alusión a Carrero Blanco, y un largo etcétera de despropósitos) y cómo se trata este tema en los rotativos digitales de La Razón y El Pais, que falsean la información hasta límites insospechados con tal de conseguir mas lectores. No nos extraña nada de esto, pues el propio ministro del interior Fernández Díaz, sale estos días a la palestra con sus esperpénticas declaraciones sobre lo beneficioso que le resultaría a ETA un pacto entre PSOE y Podemos, y es que ETA parece ser algo así cómo el comodín que usa el político torticero para evitar entrar en cuestiones de relevancia social y limpiar la mierda que tiene en casa.

Inconsciente es también la concejal de cultura de Madrid Celia Meyer, que viendo peligrar su carrera política, no ha dudado en acudir a los juzgados de Plaza de Castilla para interponer una denuncia por “incumplimiento de contrato” a la compañía de títeres, ya que en aquel figuraba que el contenido era apto para menores (según ella), aúnque en la página del facebook del ayuntamiento se hubiese publicado lo contrario una hora antes del inicio de la representación, cómo ha reconocido la alcaldesa Manuela Carmena.

Inconsciente es también la diputada de Podemos Carolina Bescansa, que no ha dudado en participar en un espectáculo televisivo sobre esta cuestión con Eduardo Inda y otros funambulistas de la información, condenando públicamente a Raúl y a Alfonso en base a las falsedades vertidas sobre el caso por los medios de manipulación mediática. Inconsciente es también Ada Colau, que critica públicamente el encarcelamiento de estos compañeros pero que chantajea al personal del metro de Barcelona con la negociación de su convenio colectivo afirmando que la huelga es incompatible con la negociación.

Inconsciente es todo el que que hace ver que defiende unas causas y al participar del sistema parlamentario las va dejando de lado y las somete a las normas del terrorismo de estado y del capital. Curioso proceso este el de la regeneración democrática y el ciudadanismo, claro que el ser ciudadano presupone la existencia de una tutela estatal, si, debe ser eso, que cambiamos de tutores para olvidar que nuestros problemas sociales siguen siendo, en esencia, los mismos.

Al margen de las intrincadas redes políticas que se tejen en torno a este suceso, lo cierto es que es evidente que nos encontramos ante un caso de manipulación mediática y judicial, poco nos interesa la famosa pancarta de Gora Alka-ETA, pues sabemos que cualquiera que conozca el contenido de la obra se dará cuenta de que tal pancarta era un simple símbolo de lo fácil que le resulta a la policía y a los jueces fabricar pruebas y judgar lo inexistente. De eso mucho debe saber el juez Ismael Moreno, investigado en 1988 por la Audiencia Provincial de Madrid por falsear las pruebas que en 1983, cuando era inspector de policía, llevaron a un hombre con diversidad psíquica a ser condenado a 12 años de cárcel por intento de homicidio.

Son tantos los procesos dudosos que ha llevado este juez que nos extenderemos aquí en relatarlos, por lo fácil que es documentarse en base a los materiales que van saliendo estos días sobre el mismo.

Aúnque se quiera destruir el trabajo de la compañía Títeres desde Abajo, lo cierto es que han conseguido evidenciar (con gran pesar), que el juez de la obra basada en fuentes de la comedia italiana del siglo XVI es real, y eso es lo que nos debe llevar a una reflexión social global sobre la educación, la injusticia de los poderes legislativos y judiciales, la libertad legítima de las personas para pensar y comunicarse libremente, la manipulación informativa que provoca daños morales a personas inocentes, la percepciones distorsionadas que generamos entre todos y que causan víctimas, y sobre todo, lo fácil que resulta poner en marcha un proceso inquisitorial contra quienes evidencian la hipocresía de quienes parasitan las manos de la clase trabajadora.

Consciente del despropósito de su encarcelamiento, el juez Ismael Moreno acaba de poner en libertad a Raul y Alfonso tras solicitar la fiscalía de la Audiencia Nacional su puesta en libertad, y es que contento ya el poder judicial con haber incautado el material y anulado las representaciones de la obra, no tiene sentido ya para los verdugos seguir sometiendo a Raul y a Alfonso a los intereses políticos de quienes aspiran a tocar la pander-eta del miedo en las poltronas del congreso, ya que es ese uno de los motivos de su detención, tener la valentía de evidenciar que ETA sigue siendo la moneda de cambio para los parásitos que aspiran al gobierno, que no dudan en usar la muerte como instrumento de control de la opinión pública y de la disidencia social.

¡Basta de montajes policiales!
¡Ni culpables ni inocentes!
¡Raul y Alfonso, libertad!